Algún soñador escribió hace tiempo, un graffitti en una pared blanca sobre la avenida costanera al mar y decía: "Madryn tiene Magia". Con esta frase resumió todo lo que es Madryn, a orillas del Golfo Nuevo, en la Patagonia Argentina, una ciudad mágica.
Puerto Madryn es una ciudad de paz, un puerto de esperanza para la gran cantidad de gente que arribó a estas tierras y que continúa viniendo para asombrarse con bellezas naturales, especialmente la Península de Valdez, declarada por la Unesco patrimonio de la humanidad.
Madryn es un oasis creado por el hombre con energía y valor, robando la tierra al desierto y luchando con el viento seco de la meseta.
Hicimos una ciudad mágica, con hermosas construcciones, amplias avenidas, jardines con árboles y flores y, en invierno, ahí, a 50 mts de la avenida principal, las ballenas francas del sur, chapotean alegremente en el mar.
Y las doradas playas de Madryn, llenas de gaviotas, flamencos, pingüinos, focas y lobos marinos durante el invierno y cuando llega el verano desaparecen y ceden su lugar a los turistas que vienen a disfrutar del sol y de este mar maravilloso, lleno de luz.
Puerto Madryn tiene magia y cada uno de sus habitantes es aprendiz de mago.
Nadie resiste el influjo de la luna llena, cuando redonda y brillante como una moneda de cobre recién acuñada, se eleva sobre las aguas del golfo.
Nadie resiste la emoción de contemplar las ballenas, esos inmensos animales antidiluvianos que año tras año, desde que el mundo es mundo vienen a procrear aquí, ante nuestros asombrados ojos de frágil ser humano, ante la majestuosidad de la naturaleza.
Los habitantes del Puerto Madryn somos seres privilegiados por vivir en este mágico lugar lleno de paz, armonía y felicidad.
por María Elena Calderón
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